domingo, septiembre 27, 2009

El Hombre Pez


(Idea Original: coautoría entre la Nicolás Heller y quién escribe)

Se dice que los peces tienen una memoria de tres minutos.

Eso significaría, estrenar el cerebro constantemente. Que todo, cada tres minutos, se vuelva automáticamente nuevo y desconocido....nuevamente.
Eso explicaría por qué, entonces, pueden vivir en una pecera equivalente a una caja de zapatos, sin morir de angustia, de curiosidad o de aburrimiento.
Todo es maravillosamente intrigante todo el tiempo. Podrían coexistir tranquilamente con las mariposas y con la teoría que habrán desarrollado con respecto a eso de vivir 24 hs. Lo llamativo de los peces es que, según esta suposición, el no poder registrar nada más allá de tres minutos, significa que no pueden tener noción siquiera de que van a morirse.
Llamemos a cada nuevo ciclo de tres minutos, "despertar".
En cada despertar, entre reconocerse a sí mismo como un pez, reconocer el medio en el que se encuentra, reconocer a otros peces que comparten el mismo lugar, el pez ha recorrido todo el ciclo de ése despertar. Entonces, se deduce, que el instinto reproductor, la cópula y la desovación es cuestión de minutos. La búsqueda de alimento, su hallazgo y la masticación también. Pero los peces no son anmales que deban hacer muchas cosas. Ni siquiera el medio en el que viven presenta grandes sobresaltos.
Supongamos una situación distinta.
Supongamos que en vez de agua al rededor, de peces y especímenes diversos que flotan y se desplazan graciosamente entre burbujas y corrientes; Hay personas, calles, perros, sol, lluvia, música, estrellas, televisión, películas, relojes, relojes y más relojes.

Y supongamos, aunque esto no nos genere mucha dificultad, que somos personas. Las personas que somos usualmente, las personas de todos los días. Las personas que llaman a empresas de servicios que caducan constantemente, y que se someten a la larga espera por que los atiendan por teléfono. Esta humanidad de siempre, que solemos desempeñar siendo madres, hermanos, amantes, personas que hacen las compras o que lavan medias y lustran cada tanto piezas de bronce para que brillen en los livings.
Pero también tenemos la memoria de los peces. Y toda la vida son tres minutos. Y entonces, todo se amolda a "Despertares" y "Atardeceres" de la conciencia, permanentes. Ya no podríamos fumar un cigarrillo sin preguntarnos cada tres minutos por qué será que el adminículo encendido está entre nuestros dedos consumiéndose. Y ni hablar de todas las preguntas que pueden surgir si los telefonistas de dichas empresas fantasmas nos tienen más de veinte minutos esperando.
Bañarnos y despertarnos de pronto empapados y llenos de shampoó.
Sostener un amor, un trabajo, pintar una pared.
Constantemente volver a nacer.
Asistir a una fiesta de disfraces. Irnos de viaje y cada tres minutos deber leer un cartel para recordar dónde estamos. Y las películas deberían durar tres minutos. Las canciones, en cambio, podrían ser infinitas. Cada uno deberá cronometrar la velocidad a la que lee, para asi saber libros de cuántas páginas leer...claro, que deberá cronometrarse cuantas páginas uno puede leer en tres minutos, pero por supuesto, este conteo debe finalizarse antes de que pasen los tres minutos dentro de los cuales se está cronometrando.
Complicado, ¿no?.
Tres minutos para hacer una acción. Para lograr realizar algún movimiento, entenderlo, superarlo, disfrutarlo y...llegar a registrarlo como movimiento. El "pasado" se reduce a máximo dos minutos cincuenta y nueve segundos...siempre que ése último segundo nos alcance para pensar por completo el concepto de "pasado".

(Minuto 0:00)

Debo ir a comprar una manzana verde para hacer una torta de manzana verde. Supongo que con dos pesos me alcanzará. Debo buscar la llave colgada en el llavero de la cocina. Qué frío hace afuera. Suerte que el mercado está a tres pasos. Oh, las manzanas. Aquí, ésta. ¿Qué?! ¿un peso con setenta y cinco centavos UNA manzana?! Otra vez el frío de la calle, me apresuro a sacar la llave de mi bolsillo para...
¿Qué es ésto? Una manzana. Una manza en una bolsa y una moneda de 25 centavos. Qué frío estoy sintiendo. Estoy frente a esta puerta y en la otra mano tengo un manojo de llaves. Se me ha caído la moneda al suelo. Supongo que alguna de estas llaves abre esta puerta. Probaré con ésta...ahora con ésta...no, no es. A ver ésta...
Me duelen los dedos del frío. Todo el cuerpo me tiembla. Que extraño, parece como si mi cuerpo estuviera a la intemperie desde hace siglos. Además tengo una manzana adentro de una bolsa y, miren! una moneda en el suelo! qué suerte la mía! Supongo que estas llaves abren la puerta. A ver...si, ésta es la llave. Aquí estoy, en esta sala enorme. Por suerte se me ha empezado a calentar el cuerpo. Debo ir al baño, pero antes debo encontrarlo...
Debo orinar!! en algún lado de todo este lugar debe haber un baño!! urgente!!...aquí. Que alivio. Mi dios! una corriente helada entra a la casa por aquella dirección...ah! la ventana de la cocina! Mejor que la cierre y prenda la calefacción. Oh, ¿qué es ésto? Parece que alguien iba a elaborar un postre: la mesa está cubierta de objetos, tazas, potes, huevos, leche...
¿Estaré en la cocina de un restaurante famoso? miren esto: harina, azúcar, recipientes y cucharas. Medidor de líquidos, batidora, huevos. ¿Quién será el cocinero en éste lugar? ¿estará por hacer sufflé? Quizás alguna mesa haya ordenado panqueques...aunque los panqueques seguro son de manzana, si no no se explica por qué esta manzana verde arriba de la mesa....Aunque por aquí no viene nadie vestido de cocinero y ni siquiera se escucha ruido de gente que espera para cenar. Quizás deba ayudarles. Comenzaré a mezclar los ingredientes...
¿Por que mis manos son pegajosas? ¿qué es todo esto? Estos parecen ser huevos revueltos con harina. Debería agregarle sal, por que un pan sin sal puede llegar a ser espantoso y nadie lo querría...Bien,ahora a mezclar la sal. ¿Dónde estará la levadura?. Ahora solo resta amasar...
Espero terminar esta pizza pronto, para así poder ir a lavarme las manos y apagar esa estufa! dios mío, que calor que hace acá! quién habrá prendido esa calefacción infernal?! Voy a despejar esta mesa así puedo extender la masa y estirarla....
Siento que hace meses que estoy haciendo este pionono y ni siquiera tengo hecho el relleno! Quizás pueda hacer unas empanadas dulces con esta leche, el azúcar y estos huevos. Si, es mejor. Voy a separar en bollitos toda esta masa y voy a formar pequeñas tapitas para empanadas dulces.
Miren, bollitos de masa. Parece que alguien está haciendo bollitos de pan...aunque no, en este recipiente hay una mezcla de, según el gusto, leche, huevos y azúcar...bollos suizos. Eso, bollos suizos. Exquicitos. Debería felicitar al cocinero por tan inteligente desición. Aunque quizás esté muy ocupado y no pueda con todo. Quizás pueda terminarlos yo...a ver faltaría agregar una medida de...
Odio las masas secas. ¿A quién se le ocurre? No pasan por la gaganta a no ser que tomes un balde de café en acompañamiento. Mejor hago una torta. Si! excelente idea! y miren!, una manzana verde!. Decidido, hoy para merendar habrá torta de manzana verde!!

4 comentarios:

Bárbara dijo...

si... tienen una relación los dos escritos... muy interesante tu blog!
saludos B!

Agustina Valeria dijo...

Jajaja, como dice Andrés, "Al olvido selectivo a la memoria perdida" (8)

Suerte!

mouthfulmadness dijo...

creo que sos el primer comment en *ese* blog mío x)
congrats :P
gracias por leerme.
te voy a estar leyendo...
au revoir ;)

Raúl dijo...

Gracias por tu visita.